Un toque de atención

Hoy me gustaría dar un toque de atención a todos las personas y gremios que se relacionan con el perro.
Cada uno se centra en lo que le corresponde pero en muchas ocasiones nos inclinamos hacia la rutina de nuestra profesión o hacia la rutina de ser propietarios de uno de nuestros amigos.
Intentaré explicarme:
Como propietario de un perro se que tengo la obligación de vacunarle contra la rabia y ponerle el micro chip, la alimentación diaria y los paseos para algo más que hacer sus necesidades (recojan las deposiciones por favor) Hoy por hoy todavía no tengo muy claro la importancia de desparasitarle cada tres meses a pesar de su importancia no sólo para la salud de mi perro si no para mi propia salud y la de los que nos rodean.
Y sobre todo la mas descuidadas de todas sus necesidades EL COMPORTAMIENTO.
No voy a hecharle toda la culpa al propietario, porque no la tiene toda.
Es un cúmulo de desencuentros lo que hace que esta parte esté tan desatendida.
Hay criadores o más bien criaderos de perros que se dedican a criar sólo con razas de moda y que van variando de ejemplares según las necesidades del mercado.
Además no se preocupan en absoluto no solo del estándar de la raza, de la salud de sus ejemplares, y les preocupa bien poco cruzar a un ejemplar con un carácter mas que preocupante.
En estos casos cuando un futuro propietario adquiere uno de estos cachorros a de apelar a la suerte en un 100% de los casos.
No es que no puedan ocurrir problemas de cualquier índole con un criador responsable, es que las probabilidades de éxito en estos casos es muchísimo mayor.
Una vez superado con éxito la etapa de la compra aún el propietario responsable tiene que pasar por muchas más situaciones que pueden dar al traste con todas sus expectativas.
El cachorro que cuenta (si todo se hace según su orden) con ocho semanas de edad está en plena fase de sociabilización.
Esto quiere decir que ha de acostumbrarse a las normas de la casa, visitar al veterinario, sociabilizarse de forma positiva con lo que va a ser su vida.
En esta fase quizás el dueño responsable y ante su primera experiencia decida que lo mejor es que lo ayude y asesore un PROFESIONAL de comportamiento y un educador canino.
Y volveremos a jugar con la suerte porque en esto y las cosas como son. Ni son todos los que están, ni están todos los que son.
Hoy en día hay educadores caninos por todas partes se hacen llamar así porque son capaces de que un perro se siente a la orden o se tumben cuando se les dice.
Lo peor es que algunos ejemplares terminan sentándose de aburrimiento o peor, tumbándose por humillación.
Dichos educadores, muy intrépidos ellos con los perros de otros, se meten además en temas de comportamiento porque algo hay que contestar de forma segura cuando el dueño de la mascota le hace una pregunta en este sentido.
Pero es que además los hay que miran con desdén a los dueños de según que razas cuando les plantean una duda, evitando así que el dueño sugiera una segunda duda ante la incomoda mirada del profesional.
Vamos a suponer ahora que el propietario ha tenido la gran suerte de encontrar a un verdadero profesional de la educación y que este se encuentra con un ejemplar que tiene un problema de comportamiento que deriva por ejemplo en la "agresividad" como síntoma.
Este educador le deriva a un veterinario antes de empezar con el tratamiento para reducir la agresión. Ya que como profesional sabe que puede haber problemas físicos que conduccan al perro a morder y en este caso es lo primero que se ha de descartar.
De nuevo el propietario ha de contar con el factor suerte también en el veterinario.
Todavía hoy cuando un dueño de por ejemplo un cocker spaniel color canela entra en una clínica veterinaria por un problema de comportamiento existen veterinarios que arquean la ceja, menean la cabeza y contestan " El cocker es así, y no se le puede cambiar".
Ni se les pasa por la cabeza que este perro pueda tener un problema físico que desencadena comportamientos agresivos a pesar de haber estudiado cuales son.
Se dedican a pasarle directamente la pelota a un etólogo mirando con cara de pena al propietario del perro en cuestión.
Si por el contrario tenemos la suerte de dar con uno de esos profesionales preocupados por la salud de su perro que a la vez se encuentran con un propietario de las mismas características (recordemos que no todos los propietarios piensan antes en la salud que en el bolsillo)Le hará las pruebas necesarias y estas no lo olvidemos serán costosas. Ya que irán desde el simple chequeo general hasta problemas hormonales y enfermedades raras.
En la mayoría de los casos el perro gozará de buena salud pero es que como ya hemos dicho si hemos pasado todas las fases anteriores con mucho éxito la probabilidad de llegar hasta la fase en la que nos encontramos es mínima.
No obstante todas ellas son importantes y es por ello que con este relato quiero dar un toque de atención a como he dicho al principio todos los seres humanos que se relacionan de una u otra forma con nuestro amigo el perro.